Nocturnidad en Osaka...

Mi habitación esta noche es más espartana que nada. Tiene tele, que ni enciendo, una nevera, que no utilizo, y luego una mesita y colchón, pues es “Japanese style”. Pero eso no me importa, lo que no me gusta nada es el hotel. No es una guest-house y se nota. Es un hotel muy frío, un poco tétrico, luz blanquecina por los pasillos, ni un solo detalle para hacerlo acogedor, nada de color. El de recepción no habla prácticamente nada de inglés y además es poco espabilado. La gente también es un poco sombría, solo japoneses, hay un silencio que sobrecoge. Mi habitación tiene un olor peculiar, la ventana da a una especie de patio de luces estrechísimo, no se ve nada, pero al menos tengo aire fresco. Mañana me voy de aquí, es barato pero eso no es suficiente para seguir aquí ;-).

Había leído sobre el ambiente en Osaka y la cantidad de bares y alternativas de ocio pero aun así me ha sorprendido esta ciudad. Dudaba de si quedarme escribiendo o irme a dar una vuelta porque estaba cansada, pero es sábado noche y me he obligado a arreglarme un poco e irme a cenar a la zona de Dotombori, a ver qué se cuece por ahí. En fin, que no nos lo cuenten ;-).

Me cojo tren y luego ando un poquito. Enseguida doy con las callejuelas peatonales animadas, llenas de bares de comida, salas de juego, supermarkets pequeños, máquinas expendedoras de bebidas…. Es sorprendente la cantidad de estas máquinas que hay en Japón, jamás he visto nada igual, ni cuando estuve en EEUU. Me gusta hacer fotos a las hileras de máquinas, a veces son de diferentes colores, son grandes y tienen todo tipo de productos. También las hay de tabaco, pero menos, yo he visto a poca gente fumando. Desde luego hay pocos sitios donde se permite fumar.

Me pongo a callejear, dejo de lado el plano y voy siguiendo a la gente. Aquí en Saturday night en Osaka se me presenta el “fashion Japan”. Veo muchos japoneses supermodernos, no hay límites ni restricciones para combinar la ropa, todo vale, nuevo y antiguo, corto y largo, verano e invierno…. Ellas están como locas con los taconazos, las plataformas, las calzas, los shorts, los sombreros y gorros. Se maquillan bastante, les encanta los coloretes y la máscara de pestañas. Muchas llevan pestañas kilométricas, por supuesto algunas postizas. Y ellos con esos pelos hipermodernos que me encantan, un montón de estilos diferentes, ninguno igual. Ellas también, pelos tintados, tirabuzones, muy largos, moños, recogidos..para todos los gustos.

Durante el día no se esmeran tanto con el maquillaje y los pelos, ellas si que llevan shorts hipercortos con sus calzas y gran diversidad de sombreros y taconazazos, pero por la noche, pues como en todas partes, se componen mucho más. No me canso de mirar, es una lástima que las fotos por la noche no me salgan muy bien, porque hay mil fotos chulas.

Ando muchísimo pero no me canso, es como un parque de atracciones, hay locales de juego que me recuerdan a Las Vegas, llenos de colorido, música, un poco rococós, y llenos de gente diversa, gente joven y menos joven, no me dejan hacer fotos dentro. Las calles superiluminadas aunque las fotos no lo trasladen. Gente en la calle intentando atraer a los viandantes a su local, show cooking in the street, y por cierto una cosas supercuriosa “plastic food”: Muchísimos restaurantes y bares en lugar de las típicas fotografías de los platos combinados a las que estamos acostumbrados en España, para mostrar sus suculentos platos tienen una muestra en el escaparate, pero una muestra de plástico. Algunas muy conseguidas a veces parecen reales, me llama mucho la atención, hay miles de apetitosos platos de plástico ;-) …

Decido cenar una sopa y me paro en un sitio que había un poco de cola y con terracitas en la calle. Es de los pocos sitios con terrazas en la calle. Así que espero mi turno, aquí en Japón ya no compartes mesa como hacíamos en el sudeste. Aquí es como en Europa, una mesa a lo mejor con 4 o 6 sitios sólo para una persona y hasta que acabe no se sienta nadie. Un despropósito con ojos del sudeste donde si caben 6 entran 8 ;-) y todo fluye más y más ;-). El caso es que espero mi turno y detrás de mí dos chicas también esperan. En este sitio solo sirven sopa de noodles con carne, o todo el mundo pide lo mismo, debe ser la especialidad. El caso es que cuando me toca (y guiada por ese espíritu del sudeste del que algo me he impregnado;-)) les digo a las chicas si quieren sentarse en mi mesa en lugar de seguir esperando, ellas se sorprenden y también el camarero, pero enseguida dicen sonriendo que sí y me dan las gracias. Hablan poco inglés pero son muy majas, nos hacemos las respectivas fotos, nos preguntamos de dónde somos y cenamos tranquilamente aunque rápido. No recuerdo sus nombres, siempre los pregunto pero si no me lo apunto es imposible recordarlos. Luego cada una sigue su camino, por cierto la sopa estaba buenísima!

Yo sigo paseando y abriendo más y más los ojos, es fascinante el trasiego de gente, la cantidad de locales y de oferta nocturna. Todo el mundo está en la calle, y seguro que ha venido a Osaka gente de otras zonas por ser Saturday night, como las chicas que venían de Tokyo. Me ha encantado salir, ahora estoy cansada y decido volver. Aun así en la puerta del metro otra atracción, algunos jóvenes haciendo break dance o alguna de sus variantes, piruetas de todo tipo. Me quedo mirando, conmigo otros turistas. Me llama la atención que hay muchas chicas practicando este deporte-baile. Curioso!.

Esperando el tren me topo con un señor un poco mayor y algo alcoholizado, me intenta dar conversación, se sienta a mi lado, pero al llegar el tren me distancio. Ya me habían dicho que en Osaka hay mucha gente que bebe. Yo creo que para los japoneses, al igual que para todo el mundo pero pienso que los japoneses lo necesitan un poco más, el alcohol es una válvula de escape, les permite sacar esa naturaleza que tienen un poco reprimida por tantas normas y convencionalismos que se exigen cumplir y que en ocasiones pretenden anular el instinto humano, algo irreprimible y que de una forma u otra sale…. Bueno, es una opinión completamente gratuita, generalizar no es válido, lo sé, pero no es tan ilógico, no?

 

El caso es que llego al hotel, como estoy cansada me da un poco igual el sitio, pero lo sigo viendo tétrico. Además el check out es a las 9 horas, superpronto, aunque a mi me hacen un favor pues cuanto antes me vaya de ese sitio mejor. Aprovecharé para dar una vuelta por el centro de Osaka y enseguida cogeré mi shinkansen rumbo a Hiroshima. Nos vemos allí viajer@s!!

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