alma de viajero

Hoy ha sido un día de transportes. Como todo es relativo en este mundo y mi primer transporte interno fue el viaje a Luang Nam Tha por esa carretera infame y en ese minúsculo vehículo pero superbien aprovechado, ahora todos los transportes me parecen más que decentes.

Hoy he madrugado para coger el bus a Vientian de las 7 horas. Mi idea era en el mismo día intentar llegar a Savannakhet, llegando a Vientian y enlazando hacia el sur. El caso es que el chico de la guest-house me dijo anoche que antes de las 7 horas iban a haber muchos tuk tuks para llevarme a la estación, y cuando he salido no había ni amago ni de medio tuk-tuk. No iba muy sobrada de tiempo y andando eran aprox 2 km. así que he intentado parar a varias motocicletas y les pedía que me llevaran a la estación. Así, directamente, aquí funcionamos de esta forma ;-). Los dos primeros no me han hecho mucho caso pero el tercero ha parado y un chico muy majo me ha llevado a la estación esquivando los baches y los bollos de la carretera.

En la estación era la primera porque los de la población salían a la carretera en vez de ir a la estación y así iba recogiendo a la gente, por eso en la foto estoy yo toda ancha en el bus. Podéis apreciar que tampoco es un derroche de comodidad este autobusito. Se tarda 4 horas en llegar a la capital, como siempre aquí habrá que añadir una hora más.

Al llegar a la estación central de Vientian me dicen que hay que ir a otra para coger el bus de Savannakhet y enseguida me han saltado un par de buscavidas intentando venderme un taxi, diciendo que no había bus a donde yo quería, que ellos tenían una minivan... en fin unos liantes. Me he vuelto a acercar al autobús que me ha traido pero los tenía detrás y el chico del autobús supongo que para no tener problemas me ha dicho que no sabía cuando le he preguntado por el bus a Savanakhet. Total que me ido a donde venden los billetes y enseguida el hombre me ha dicho que podía coger un bus urbano para ir a south station. Así que les he dicho a los oportunistas que lo sentía mucho y me he montado al bus que estaba hasta los topes. Allí he coincido con un hombre mayor indonesio que viaja solo a Camboya con dos buenas bolsas.

Al llegar a la estación sobre las 13:00 he comprado el ticket del sleeping bus de las 20:30 a Savannakhet. El sleepeng bus será otro capítulo, ahora os hablo un poco más de Mohamed, que es el hombre con el que he coincidido en el autobús urbano. Pues vais a alucinar, tiene 75 años, pero desde luego parece más. Resulta que tiene alma de viajero y como ha trabajado toda su vida y ha tenido 8 hijos no ha podido lanzarse a descubrir el mundo, pero ahora se ha decidido, después de haber ahorrado durante muchos muchos años. Es increíble Mohamed! Dice que tiene a toda la familia enfadada, imaginaros, pues estarán muy preocupados. Y él se tira 3 meses de viaje por Asia, quiere hacer Laos, Camboya, Vietnam y luego China. Lleva su guía y un librito con los planos de todos estos países y sobre la marcha va decidiendo. Anda muy despacito porque le fallan las piernas, pero no me deja ayudarle. Es autónomo! Hemos estado de charreta, luego nos hemos cambiado monedas porque él deja Laos y se va a Camboya. Se ha cogido un autobús de Vientian a Phon Phen, nada más y nada menos que 24 horas de viaje, esto si que es ser valiente, y luego algunos dicen de mi!! ¿Os acordáis de las chicas sordomudas que encontré el año pasado en Hue? Pues Mohamed las supera en bravura. Él tiene mucho sentido del humor, he pedido que nos hicieran una foto y arriba la tenéis, pero lo mejor ha sido cuando ha sacado su cámara. Por favor, una antigüedad que debe valer un potosí, es una pieza digna de coleccionista. El chico que nos hacía la foto se ha quedado muerto, jajaja. Mohamed se rie y dice que la cámara tiene 30 años, y funciona!!

Yo me he ido a ratos a la cafetería y me he acomodado en la hiperbásica y estoica cafetería de estación y aquí con el portátil voy aprovechando el tiempo. Aquí ya me conocen los empleados, son muchas horas desde las 13 a las 20:30 horas (aunque combino escribir con ir a ver a Mohamed y charrar con él a ratos) me da tiempo a tomarme un zumo de lima, un café helado y a cenar. Sólo a base de sonrisas ya vamos haciéndonos amigos.

Como Mohammed es musulman y están en el Ramadan se ha quedado cuidando las cosas en los bancos de la estación porque no puede comer ni beber hasta que se ponga el sol. Dice que tiene mucha ilusión por ver España, me ha pedido la dirección y dice que me va a escribir una carta (él de correo electrónico no entiende). Yo le he animado a venir, aunque su familia se muere ;-). Conoce el flamenco y le interesan las corridas de toros. Ya le he dicho que cuando venga le invitaré a probar la paella.

Sólo por encontrar a gente así por el mundo ya merece la pena este viaje, yo estoy emocionada con este hombre. Es un espíritu libre, solo limitado por un físico con el que con resignación y paciencia convive.

Así que ya sabes si hay trabas para viajar es porque nos las ponemos nosotros, el que tiene alma de viajero la saca tarde o temprano. Adelante con las ilusiones y a perseguirlas!!